La Cámara de Representantes aprobó el jueves la Ley de Estandarización de Permisos y Agilización del Desarrollo Económico (SPEED, por sus siglas en inglés), una reforma radical del proceso federal de revisión ambiental, a pesar de las modificaciones de última hora que provocaron que grupos de energía limpia y demócratas moderados retiraran su apoyo. El proyecto de ley, presentado por el representante Bruce Westerman (republicano por Arkansas) y apoyado por el representante Jared Golden (demócrata por Maine), fue aprobado con una votación de 221-196, con 11 demócratas uniéndose a los republicanos.
La Ley SPEED tiene como objetivo reformar la Ley de Política Ambiental Nacional (NEPA, por sus siglas en inglés), una ley ambiental fundamental promulgada en 1970 que exige a las agencias federales evaluar los impactos ambientales de las principales acciones federales propuestas. La NEPA requiere que las agencias preparen declaraciones de impacto ambiental (DIA) detalladas para proyectos que podrían afectar significativamente el medio ambiente. Los partidarios de la Ley SPEED argumentan que la NEPA se ha vuelto demasiado burocrática y lenta, retrasando proyectos de infraestructura críticos y obstaculizando el crecimiento económico. Sostienen que las reformas agilizarán el proceso de permisos sin sacrificar la protección ambiental.
Los críticos, incluidos muchos demócratas y grupos ambientalistas, argumentan que los cambios debilitan las salvaguardias ambientales y podrían perjudicar desproporcionadamente a las comunidades vulnerables. Expresan su preocupación de que el proyecto de ley pueda limitar la participación pública en el proceso de revisión ambiental y priorizar el desarrollo económico sobre la protección ambiental. Las enmiendas específicas que desencadenaron la retirada del apoyo de los grupos de energía limpia no quedaron claras de inmediato, pero las fuentes indican que involucran disposiciones relacionadas con el alcance de las revisiones ambientales para proyectos de energía renovable.
El proyecto de ley ahora pasa al Senado, donde su futuro es incierto. Senadores de ambos partidos han expresado reservas sobre ciertos aspectos de la legislación, y su aprobación requerirá apoyo bipartidista. El debate sobre la Ley SPEED destaca la tensión continua entre la necesidad de un desarrollo de infraestructura eficiente y la importancia de proteger el medio ambiente. El resultado en el Senado probablemente dará forma al futuro de los procesos de revisión ambiental en los años venideros.
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