El nuevo proyecto incluye garantías de seguridad para Ucrania destinadas a prevenir futuras agresiones rusas, junto con planes para la reconstrucción de la nación devastada por la guerra. Sin embargo, los analistas sugieren que el Kremlin, envalentonado por sus avances militares, considera inaceptable la propuesta.

Aleksei Naumov, un analista de asuntos internacionales con sede en Moscú, describió el plan ucraniano como "una burla absoluta" en una publicación de Telegram. Añadió: "La idea está clara: presentar esto a los estadounidenses como un compromiso y luego culpar a Rusia por su fracaso".

El plan de paz original, redactado en octubre, habría exigido importantes concesiones por parte de Ucrania, incluidas pérdidas territoriales y un compromiso de no alineamiento con la OTAN. Esta propuesta, presentada en noviembre, se consideró más favorable a los intereses rusos. El nuevo plan busca abordar las preocupaciones de seguridad de Ucrania y reconstruir su infraestructura, lo que refleja la posición fortalecida de Kyiv y el continuo apoyo de Estados Unidos.

El rechazo del nuevo plan de paz subraya los continuos desafíos para encontrar una resolución diplomática al conflicto. Los recientes éxitos militares de Rusia en el este de Ucrania probablemente han endurecido su postura negociadora, haciéndola menos dispuesta a ceder. El Kremlin también enfrenta presión interna para demostrar ganancias tangibles de la guerra, lo que dificulta la aceptación de un plan que podría percibirse como una derrota.

La participación de Estados Unidos en la formulación del nuevo plan de paz destaca su continuo compromiso de apoyar a Ucrania y buscar una resolución al conflicto. Sin embargo, el probable rechazo de la propuesta por parte de Rusia sugiere que es probable que la guerra continúe, con un mayor potencial de escalada. Los próximos pasos probablemente implicarán continuos esfuerzos diplomáticos por parte de Estados Unidos y sus aliados, así como un apoyo militar continuo a Ucrania.