Figuras prominentes amplificaron la desinformación tras un tiroteo en la Universidad Brown el 13 de diciembre, donde murieron dos estudiantes. Afirmaciones falsas se propagaron rápidamente en línea, incluyendo aseveraciones de que una víctima fue atacada por sus creencias políticas y que el incidente fue un ataque terrorista. Estos rumores ganaron tracción debido a la amplificación por parte de individuos influyentes en los negocios y el gobierno.
El aumento de la desinformación siguió a la identificación de un estudiante palestino como posible sospechoso dos días después del tiroteo. Esto condujo al acoso en línea y alimentó narrativas falsas. Renee DiResta, profesora de la Universidad de Georgetown, describió la situación como una "caza de brujas en internet".
Este incidente plantea preocupaciones sobre la rendición de cuentas por la difusión de información falsa y el papel de las plataformas de redes sociales en su proliferación. La propagación de la desinformación degrada el discurso público. Los expertos están estudiando los algoritmos que promueven dicho contenido.
Las campañas de desinformación después de grandes eventos noticiosos son cada vez más comunes. Las herramientas de IA ahora pueden generar y diseminar rápidamente contenido convincente pero falso. Este incidente destaca la necesidad de alfabetización mediática y habilidades de pensamiento crítico.
Los investigadores continuarán monitoreando la propagación de la desinformación relacionada con el tiroteo en la Universidad Brown. Es probable que se debatan las consideraciones legales y éticas en torno a la libertad de expresión en línea. Las plataformas de redes sociales enfrentan una presión creciente para combatir la propagación de narrativas falsas.
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