Cinco personas, incluidos dos activistas británicos de redes sociales, Imran Ahmed y Clare Melford, se les han denegado visados para entrar en EE. UU., según una reciente decisión del Departamento de Estado. Esta medida ha generado polémica, ya que el Departamento de Estado acusa al grupo de buscar "coaccionar" a las plataformas tecnológicas estadounidenses para que supriman la libertad de expresión.
Ahmed, ex asesor del Partido Laborista y actual director del Centro para Contrarrestar el Odio Digital (CCDH), y Melford, directora ejecutiva del Índice Global de Desinformación (GDI), fueron calificados de "activistas radicales" por la administración Trump. El Departamento de Estado citó preocupaciones de que los esfuerzos del grupo para combatir el discurso de odio y la desinformación en línea fueran en realidad intentos de sofocar la libertad de expresión. "No podemos permitir que individuos que buscan coaccionar a las plataformas tecnológicas estadounidenses para que supriman la libertad de expresión entren en Estados Unidos", dijo un portavoz del Departamento de Estado.
La decisión afecta no solo a Ahmed y Melford, sino también a un ex comisario de la UE francés y a dos figuras destacadas de un grupo alemán contra el odio en línea. Según el Departamento de Estado, las actividades del grupo se consideraron incompatibles con los valores y políticas de EE. UU. "Estados Unidos se compromete a proteger la libertad de expresión y el diálogo abierto, y no toleraremos intentos de socavar estos principios", agregó el portavoz.
El Centro para Contrarrestar el Odio Digital (CCDH) ha estado a la vanguardia de los esfuerzos para combatir el discurso de odio y la desinformación en línea. Ahmed, su director, ha sido un crítico vocal de las plataformas de redes sociales y su papel en la difusión del discurso de odio. "Estamos decepcionados pero no sorprendidos por esta decisión", dijo un portavoz del CCDH. "La administración Trump tiene un historial de dirigirse a individuos que hablan en contra del discurso de odio y la desinformación".
El Índice Global de Desinformación (GDI) también ha sido un actor clave en la lucha contra la desinformación en línea. Melford, su directora ejecutiva, ha trabajado estrechamente con las plataformas de redes sociales para desarrollar estrategias para identificar y contrarrestar la desinformación. "Creemos que nuestro trabajo es esencial para proteger la democracia y promover la libertad de expresión", dijo un portavoz del GDI. "Seguiremos abogando por políticas que promuevan la transparencia y la rendición de cuentas en línea".
La decisión de denegar visados a Ahmed, Melford y las otras personas ha generado preocupaciones sobre el impacto en los esfuerzos globales para combatir el discurso de odio y la desinformación. "Esta medida envía un mensaje escalofriante a las organizaciones de la sociedad civil y a los defensores de los derechos humanos en todo el mundo", dijo un portavoz de Human Rights Watch. "Socava la capacidad de las personas y las organizaciones para hablar en contra del discurso de odio y la desinformación, y amenaza los cimientos mismos de la democracia".
El estado actual de las personas afectadas por la decisión sigue siendo incierto. Ahmed y Melford han expresado su intención de apelar la decisión, mientras que las otras personas no han comentado públicamente. El Departamento de Estado no ha indicado si la decisión será revisada o anulada.
En conclusión, la denegación de visados para EE. UU. a Ahmed, Melford y las otras personas ha generado polémica y ha suscitado preocupaciones sobre el impacto en los esfuerzos globales para combatir el discurso de odio y la desinformación. A medida que se desarrolla la situación, sigue siendo incierto si la decisión será revisada o anulada.
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