El nuevo proyecto, presentado en noviembre, tiene como objetivo proporcionar a Kiev garantías de seguridad para prevenir futuras agresiones rusas e incluye disposiciones para la reconstrucción de la nación devastada por la guerra. Se presentó como un compromiso a un plan anterior desarrollado por Kirill Dmitriev, enviado especial del presidente ruso Vladimir Putin, y Steve Witkoff, enviado especial del expresidente Trump.
Aleksei Naumov, un analista de asuntos internacionales con sede en Moscú, criticó el plan ucraniano como poco sincero. "Esto es una burla absoluta", declaró Naumov en una publicación de Telegram. "La idea es clara: presentar esto a los estadounidenses como un compromiso y luego culpar a Rusia por su fracaso".
El plan de paz original, formulado en octubre, implicaba importantes concesiones por parte de Ucrania, incluidas pérdidas territoriales y un compromiso de no alineamiento con la OTAN. Esta propuesta se consideró más favorable a los intereses de Rusia, lo que reflejaba las realidades geopolíticas del momento. Sin embargo, el nuevo plan busca abordar las preocupaciones de seguridad de Ucrania y garantizar su estabilidad a largo plazo.
Los recientes avances militares de Rusia han envalentonado al Kremlin, haciéndolo menos inclinado a aceptar un compromiso que no refleje su posición actual de fuerza. Además, el gobierno ruso se enfrenta al desafío de justificar cualquier acuerdo de paz a sus ciudadanos, a quienes se les ha hecho creer en el éxito de la "operación militar especial".
El rechazo del nuevo plan de paz podría conducir a una continuación del conflicto, con consecuencias potencialmente devastadoras tanto para Ucrania como para Rusia. Los esfuerzos internacionales para mediar en una resolución están en curso, pero las perspectivas de un avance siguen siendo inciertas. Estados Unidos y otros aliados occidentales continúan brindando asistencia militar y financiera a Ucrania, al tiempo que buscan soluciones diplomáticas a la crisis. La situación sigue siendo fluida, y los próximos pasos probablemente dependerán de la evolución de la dinámica en el campo de batalla y de la voluntad de ambas partes de participar en negociaciones significativas.
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