Residentes de Hong Kong advirtieron a los funcionarios durante años sobre un peligroso proyecto de renovación en Wang Fuk Court antes de que un incendio matara a 161 personas el 26 de noviembre. El incendio arrasó el complejo de apartamentos, desplazando a miles. Los residentes temían que las reparaciones ordenadas por el gobierno estuvieran utilizando materiales inflamables.
El complejo Wang Fuk Court, compuesto por ocho torres antiguas, estaba en proceso de renovación. Los residentes alegaron que les estaban cobrando de más por una mano de obra deficiente. Sospechaban que un sindicato corrupto se había infiltrado en el proyecto. Informaron de sus preocupaciones a las autoridades y a los medios locales. Un residente incluso quemó un trozo de espuma de poliestireno utilizada en la renovación para demostrar su inflamabilidad.
El impacto inmediato del incendio es devastador. Miles de personas han sido desplazadas y se están llevando a cabo investigaciones. El gobierno se enfrenta a un intenso escrutinio sobre su supervisión del proyecto de renovación.
Wang Fuk Court es un complejo antiguo, y el gobierno ordenó reparaciones para mejorar la seguridad. Sin embargo, los residentes afirman que la junta de propietarios y las empresas constructoras priorizaron las ganancias sobre la seguridad. Las acusaciones de participación política complicaron aún más la situación.
Las investigaciones están en curso para determinar la causa exacta del incendio y el alcance de la corrupción. El gobierno promete una revisión exhaustiva de la supervisión del proyecto de renovación. El objetivo ahora es apoyar a los residentes desplazados y prevenir futuras tragedias.
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