El gobierno militar de Myanmar tiene previsto iniciar una elección general por fases el 28 de diciembre y continuar hasta finales de enero. La elección tiene como objetivo estabilizar el país y aliviar el aislamiento internacional de la junta tras el golpe de Estado de 2021.
La elección se produce en medio de una guerra civil en curso que estalló después de que los militares tomaron el poder, lo que provocó violencia y desplazamiento generalizados. Según las agencias de ayuda, más de 11 millones de personas han sido desplazadas debido al conflicto. Los militares han sido acusados de bombardear indiscriminadamente zonas civiles y de encarcelar a decenas de miles de personas.
Los críticos ya han calificado las próximas elecciones de "farsa", citando preocupaciones sobre su legitimidad e imparcialidad en las circunstancias actuales. Estas preocupaciones se derivan de la continua supresión de la disidencia y las restricciones a las libertades políticas por parte de los militares.
El Partido Unión, Solidaridad y Desarrollo, respaldado por los militares, participa en las elecciones. El partido ondeó sus banderas durante el primer día de campaña en Naipyidó el 28 de octubre.
La comunidad internacional sigue siendo en gran medida escéptica sobre la credibilidad de las elecciones. Muchos observadores cuestionan si es posible una votación libre y justa dada la violencia generalizada y la represión política. El resultado de las elecciones y su impacto en el futuro de Myanmar siguen siendo inciertos.
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