El aumento de la deuda estadounidense a 38 billones de dólares ha marcado el comienzo de una nueva era para el mercado del Tesoro, caracterizada por una mayor volatilidad y un cambio en la base de inversores, según un exfuncionario del Tesoro. Geng Ngarmboonanant, director gerente de JPMorgan y ex subjefe de personal de la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, advirtió que los "tiempos fáciles" de tasas de interés artificialmente bajas han terminado, ya que los inversores privados impulsados por las ganancias dominan cada vez más las tenencias del Tesoro.
En un artículo de opinión del New York Times, Ngarmboonanant destacó el drástico cambio en la propiedad del Tesoro durante la última década. Los gobiernos extranjeros, que representaban más del 40% de las tenencias del Tesoro a principios de la década de 2010, ahora representan menos del 15%. Si bien sus tenencias siguen siendo aproximadamente las mismas que hace 15 años, no han seguido el ritmo del crecimiento explosivo de la deuda estadounidense. Este vacío ha sido llenado por inversores privados, incluidos los fondos de cobertura, que son más sensibles a las fluctuaciones de precios y exigen mayores rendimientos.
Este cambio tiene implicaciones significativas para el sistema financiero estadounidense. La dependencia de una base de inversores más sensible a los precios podría conducir a una mayor volatilidad del mercado, particularmente en tiempos de tensión económica. El mercado del Tesoro de EE. UU., considerado durante mucho tiempo un refugio seguro, puede volverse más susceptible a rápidas fluctuaciones de precios a medida que los inversores privados reaccionan a las condiciones económicas cambiantes y a las expectativas de las tasas de interés.
El auge de los fondos de cobertura y otros inversores privados en el mercado del Tesoro refleja una tendencia más amplia de mayor financiarización y la búsqueda de rendimiento en un entorno de bajas tasas de interés. Sin embargo, su presencia también introduce nuevos riesgos, ya que es más probable que estos inversores participen en estrategias de negociación a corto plazo y pueden ser más rápidos en salir de posiciones durante períodos de incertidumbre.
De cara al futuro, es probable que el gobierno de EE. UU. enfrente mayores costos de endeudamiento y un mayor escrutinio por parte de los inversores a medida que continúa financiando su creciente deuda. La gestión de esta carga de deuda requerirá una política fiscal cuidadosa y un compromiso para mantener la confianza de los inversores en la estabilidad a largo plazo de la economía estadounidense. La era de los préstamos fáciles, impulsada por la demanda estable de los gobiernos extranjeros, ha terminado, y Estados Unidos debe adaptarse a un mercado del Tesoro más desafiante y dinámico.
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