El Kennedy Center anunció planes para demandar al músico de jazz Chuck Redd por $1 millón después de que cancelara su presentación anual de Nochebuena, tras la adición del nombre del Presidente Trump al exterior del edificio. La Associated Press informó inicialmente sobre la retirada de Redd, que se produjo días después del cambio de nombre.
La portavoz del Kennedy Center, Roma Daravi, le dijo a NPR el sábado que la decisión de Redd era "un perjuicio para las artes". Afirmó: "Cualquier artista que cancele su espectáculo en el Trump Kennedy Center por diferencias políticas no es valiente ni tiene principios, es egoísta, intolerante y no ha cumplido con el deber básico de un artista público: actuar para todo el mundo".
Redd, un artista reconocido internacionalmente, había sido un elemento básico de las fiestas en el Kennedy Center durante años, atrayendo a grandes multitudes con sus festivos arreglos de jazz. Los expertos de la industria sugieren que la cancelación podría tener importantes repercusiones para la carrera de Redd, alienando potencialmente a un segmento de su público e impactando en futuras oportunidades de actuación. El incidente también plantea interrogantes sobre el papel de los artistas en un entorno políticamente cargado y hasta qué punto se espera que separen sus creencias personales de sus obligaciones profesionales.
El Kennedy Center, concebido originalmente como un tributo no partidista al Presidente John F. Kennedy, ha sido un hito cultural en Washington, D.C., desde su inauguración en 1971. Si bien ha operado bajo varias administraciones presidenciales, la reciente decisión de renombrar el edificio en honor al Presidente Trump ha desatado una considerable controversia, destacando la creciente politización de las instituciones culturales.
Se espera que la demanda se presente en las próximas semanas, y los expertos legales anticipan una batalla larga y compleja, que podría sentar un precedente para futuras disputas que involucren a artistas y lugares con diferentes puntos de vista políticos. Es probable que el caso profundice en las obligaciones contractuales, la libertad artística y las responsabilidades de los artistas públicos.
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