La investigación de Sajedi indicó que las personas suelen consumir entre 39.000 y 52.000 partículas de microplástico al año a través de los alimentos y el agua potable. El consumo adicional de microplásticos derivado del consumo diario de agua embotellada aumenta significativamente esta cantidad. "Beber agua de botellas de plástico está bien en una emergencia, pero no es algo que deba utilizarse en la vida diaria", afirmó Sajedi.
La inspiración para esta investigación surgió de la experiencia personal de Sajedi. Durante una visita a la isla Phi Phi en Tailandia, observó los omnipresentes residuos plásticos, en gran parte procedentes de botellas de plástico, que contaminaban las playas. Esta observación la motivó a cambiar su enfoque del software medioambiental a la investigación de los efectos directos del consumo de plástico en el cuerpo humano.
Los microplásticos, diminutas partículas de plástico resultantes de la degradación de artículos de plástico más grandes, se han convertido en una creciente preocupación medioambiental y para la salud. Estas partículas pueden filtrar productos químicos y potencialmente alterar los sistemas endocrinos o causar otros problemas de salud, aunque los efectos a largo plazo de la ingestión de microplásticos aún se están investigando. El estudio destaca el potencial de la IA en el análisis de grandes conjuntos de datos de literatura científica para identificar tendencias y riesgos potenciales asociados a los contaminantes ambientales. Los algoritmos de IA pueden procesar y sintetizar eficientemente la información de numerosas fuentes, acelerando el ritmo de la investigación y proporcionando información valiosa para los responsables políticos y los consumidores.
Aunque los efectos inmediatos para la salud de la ingestión de estos microplásticos no se comprenden del todo, Sajedi subraya la importancia de comprender las posibles consecuencias a largo plazo. La investigación subraya la necesidad de reducir la dependencia de las botellas de plástico de un solo uso y explorar opciones alternativas y más sostenibles para la hidratación. Se necesita más investigación para evaluar plenamente los riesgos para la salud asociados a la ingestión de microplásticos y para desarrollar estrategias para mitigar la contaminación por plásticos.
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