FlightAware, un servicio de seguimiento de vuelos, informó que más de 400 vuelos de entrada y salida fueron cancelados el sábado en los aeropuertos internacionales Kennedy, LaGuardia y Newark Liberty. Cientos de vuelos más fueron retrasados. El viernes, casi 900 vuelos fueron cancelados en los tres aeropuertos.

Las aerolíneas cancelaron vuelos preventivamente para evitar un efecto cascada debido a los ajustes en tiempo real, según portavoces de las aerolíneas. "Lo peor que se puede hacer para toda tu operación es cancelar vuelos muy cerca de la hora programada de salida", dijo Chris Perry, portavoz de Southwest Airlines. "Entonces estás varando aviones". Las aerolíneas utilizan algoritmos sofisticados, una forma de inteligencia artificial, para predecir el impacto de los eventos climáticos en sus horarios. Estos algoritmos analizan datos históricos, pronósticos meteorológicos y restricciones operativas para tomar decisiones sobre cancelaciones y retrasos.

El uso de la IA en las operaciones de las aerolíneas plantea interrogantes sobre el equilibrio entre la eficiencia y el servicio al cliente. Si bien la IA puede ayudar a las aerolíneas a optimizar sus horarios y minimizar las interrupciones, también puede conducir a situaciones en las que los vuelos se cancelan incluso cuando el clima no es severo. Esto destaca la importancia de la transparencia y la comunicación en el uso de los sistemas de IA. Los pasajeros deben comprender cómo funcionan estos sistemas y cómo impactan sus planes de viaje.

Los pronosticadores habían predicho hasta nueve pulgadas de nieve para el área de Nueva York el viernes por la noche y el sábado por la mañana. Las principales aerolíneas, anticipando una interrupción significativa, comenzaron a cancelar vuelos. La nevada real fue considerablemente menor de lo previsto, pero las cancelaciones se mantuvieron vigentes. El incidente subraya los desafíos del uso de modelos predictivos, incluidos los impulsados por la IA, en entornos dinámicos e impredecibles. Incluso con tecnología avanzada, el pronóstico sigue siendo imperfecto y las decisiones basadas en estos pronósticos pueden tener consecuencias significativas. Es probable que las aerolíneas estén revisando sus modelos de pronóstico y políticas de cancelación para determinar cómo equilibrar mejor los riesgos de interrupción con las necesidades de los viajeros.