El general Abdel Fattah al-Burhan, jefe de las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF), alineadas con el gobierno de Sudán, declaró que el conflicto en curso en la nación solo cesará con la rendición de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). La postura intransigente de Al-Burhan, manifestada durante una visita oficial a Ankara el domingo, se produce en un momento en que Sudán lidia con una crisis humanitaria exacerbada por la guerra de casi tres años, marcada por la hambruna generalizada, el desplazamiento masivo y la escalada de batallas que han transformado los asentamientos en desoladas "ciudades fantasma".
El conflicto, que comenzó en abril de 2023, tiene su origen en una lucha de poder entre las SAF, dirigidas por al-Burhan, y las RSF, un grupo paramilitar comandado por Mohamed Hamdan Dagalo. La rivalidad entre los dos generales interrumpió la transición de Sudán hacia un gobierno civil tras el derrocamiento en 2019 del autócrata Omar al-Bashir, que llevaba mucho tiempo en el poder.
Las Naciones Unidas y las organizaciones internacionales de ayuda han advertido repetidamente de una inminente hambruna en Sudán, con millones de personas enfrentándose a una grave inseguridad alimentaria. Las cifras de desplazados se han disparado, con civiles que huyen de sus hogares para escapar de los combates, buscando refugio en países vecinos o en campamentos de desplazados internos (IDP), que a menudo están superpoblados y carecen de recursos adecuados. Los combates también han interrumpido gravemente la producción agrícola y la entrega de ayuda humanitaria, lo que agrava aún más la crisis.
El conflicto no solo ha devastado Sudán, sino que también tiene importantes implicaciones regionales. La ubicación estratégica de Sudán, que limita con el Mar Rojo y varias naciones africanas, lo convierte en un actor clave en la estabilidad regional. La crisis en curso tiene el potencial de desestabilizar los países vecinos, exacerbar los conflictos existentes y desencadenar nuevos desplazamientos.
La comunidad internacional ha tenido dificultades para encontrar una solución al conflicto sudanés. Múltiples intentos de alto el fuego han fracasado, y los esfuerzos de mediación se han visto obstaculizados por la profunda desconfianza entre las partes beligerantes. La Unión Africana, las Naciones Unidas y varios países han instado a ambas partes a entablar negociaciones significativas y a dar prioridad a las necesidades del pueblo sudanés. Sin embargo, como indica la reciente declaración de Al-Burhan, un acuerdo negociado parece cada vez más improbable en el futuro inmediato.
Discussion
Join the conversation
Be the first to comment