Esta cifra representa una disminución significativa en comparación con las 10.457 muertes registradas en los 12 meses anteriores. Sin embargo, los activistas advierten que la reducción de las muertes no indica necesariamente una mejora en las condiciones para los migrantes.
Helena Maleno, coordinadora de investigación de Caminando Fronteras, atribuyó el descenso al endurecimiento de los controles fronterizos, que, según dijo, han obligado a los migrantes a tomar rutas más peligrosas y menos vigiladas. Este cambio en los patrones migratorios dificulta el seguimiento y el rescate de las personas en peligro.
Gran parte del aumento de la seguridad fronteriza se atribuye a un acuerdo migratorio de 210 millones de euros firmado entre Mauritania y la Unión Europea en 2024. Este acuerdo tenía como objetivo reforzar la capacidad de Mauritania para vigilar sus fronteras e impedir que los migrantes viajen hacia España.
Si bien la UE considera que este tipo de acuerdos son una forma de gestionar los flujos migratorios y reducir las muertes, los críticos argumentan que simplemente desplazan el problema, empujando a los migrantes a situaciones más peligrosas. El enfoque en el control fronterizo, sostienen, no aborda las causas profundas de la migración, como la pobreza, los conflictos y el cambio climático.
El informe de Caminando Fronteras destaca el continuo costo humano de las políticas migratorias y los desafíos de equilibrar la seguridad fronteriza con las preocupaciones humanitarias. La organización continúa monitoreando las rutas migratorias y abogando por enfoques más seguros y humanos para la gestión de la migración.
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