Científicos de la Institución Oceanográfica Woods Hole (WHOI) descubrieron que los peces de tamaño mediano, como el palometa de aleta larga, actúan como un vínculo crucial entre las redes alimentarias de las profundidades marinas y la superficie, lo que explica por qué los grandes depredadores como los tiburones pasan una cantidad significativa de tiempo en la zona crepuscular del océano. La investigación, publicada esta semana, arroja luz sobre la zona mesopelágica, una capa del océano tenuemente iluminada que se extiende desde 200 hasta 1000 metros de profundidad.
Los investigadores rastrearon los movimientos de estos peces, que antes eran difíciles de estudiar, colocándoles etiquetas de rastreo satelital y liberándolos de nuevo en el océano. Las etiquetas proporcionaron datos sin precedentes sobre las migraciones verticales diarias del palometa, revelando que residen en las profundidades durante el día y ascienden a aguas menos profundas por la noche para alimentarse. Este comportamiento transporta eficazmente nutrientes y energía desde la superficie hasta las profundidades, sustentando el ecosistema de las profundidades marinas.
"Estos peces de tamaño mediano son como un puente oculto, que impulsa silenciosamente la red alimentaria desde abajo", dijo la Dra. Emily Carter, autora principal del estudio y bióloga marina de WHOI. "Comprender su papel es crucial para comprender la salud y la estabilidad general de nuestros océanos".
El estudio también encontró que los movimientos del palometa están influenciados por la claridad del agua. En áreas con agua más clara, los peces tienden a migrar a mayor profundidad, mientras que en aguas más turbias, permanecen más cerca de la superficie. Esta sensibilidad a las condiciones ambientales sugiere que los cambios en la claridad del océano, potencialmente impulsados por el cambio climático o la contaminación, podrían alterar significativamente el comportamiento del palometa e interrumpir toda la cadena alimentaria oceánica.
Las implicaciones de esta investigación se extienden más allá de la comprensión ecológica básica. Como explicó la Dra. Carter, "Si estos peces de tamaño mediano se ven afectados, podría tener efectos en cascada en todo el ecosistema marino, impactando todo, desde las poblaciones de peces comercialmente importantes hasta la salud de los ecosistemas de las profundidades marinas".
El equipo de investigación planea continuar rastreando los movimientos del palometa de aleta larga y otras especies de peces de tamaño mediano para investigar más a fondo su papel en la red alimentaria del océano. También pretenden desarrollar modelos impulsados por IA para predecir cómo los cambios en las condiciones oceánicas podrían afectar estos vínculos cruciales y el entorno marino en general. Estos modelos podrían ayudar potencialmente a desarrollar estrategias de conservación más eficaces y prácticas de gestión pesquera sostenibles.
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