El ex magnate bancario ruso Oleg Tinkov afirma que una publicación en Instagram criticando la guerra en Ucrania condujo a una venta forzada de su participación en Tinkoff Bank por aproximadamente el 3% de su valor real. Tinkov describió la situación a la BBC como un escenario de "rehén", ilustrando la presión que enfrentan los rusos adinerados que expresan su disidencia contra el gobierno del presidente Vladimir Putin.
Los problemas de Tinkov comenzaron en abril de 2022 después de que denunció públicamente la guerra como "una locura" y criticó la competencia y la corrupción del ejército ruso en una publicación de Instagram. También afirmó que el 90% de los rusos se oponían al conflicto. Según Tinkov, dentro de las 24 horas posteriores a la publicación, funcionarios vinculados al Kremlin contactaron a altos ejecutivos de Tinkoff Bank con un ultimátum: o Tinkov vendía su participación y eliminaba su nombre de la marca, o el banco sería nacionalizado.
La venta posterior, según Tinkov, no fue una negociación, sino una venta forzosa. Alguna vez celebrado como uno de los banqueros más ricos de Rusia, Tinkov vio su fortuna desplomarse en aproximadamente $9 mil millones debido a la presión ejercida por el Kremlin. Este incidente destaca los riesgos asociados con la expresión de opiniones disidentes en Rusia, particularmente para figuras de alto perfil.
El uso de las redes sociales por parte de personas influyentes para expresar opiniones políticas se ha vuelto cada vez más común, pero este caso demuestra las posibles repercusiones en los regímenes autoritarios. Los algoritmos de IA desempeñan un papel importante en el monitoreo y análisis del contenido de las redes sociales, identificando potencialmente voces disidentes y desencadenando respuestas gubernamentales. Las técnicas avanzadas de procesamiento del lenguaje natural (PNL) permiten el análisis de sentimientos, lo que permite a las autoridades evaluar la opinión pública e identificar posibles amenazas al régimen.
Las implicaciones de este evento se extienden más allá de las pérdidas financieras individuales. Subraya el efecto escalofriante en la libertad de expresión y las limitaciones a la libertad económica en Rusia. El incidente también plantea interrogantes sobre el papel de la IA en la represión política, ya que los algoritmos se pueden utilizar para identificar y atacar a personas que expresan opiniones disidentes.
Tinkoff Bank, que alguna vez fue un prestamista ruso líder, se ha distanciado desde entonces de su fundador. El estado actual y las operaciones futuras del banco siguen sujetos al clima político y económico de Rusia. Esta situación sirve como una advertencia sobre la intersección de la tecnología, la política y la libertad personal en un mundo cada vez más digital.
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