Si bien las elecciones en Minnesota parecen seguras, una confluencia de factores ha mantenido latente el tema del fraude electoral en el estado. A pesar de la ausencia de evidencia que sugiera un fraude generalizado que afecte los resultados electorales, incidentes aislados recientes, intensos debates políticos en torno al registro de votantes y el trasfondo de importantes escándalos de fraude dentro de los programas de servicios sociales estatales han alimentado el escrutinio continuo.
Los casos recientes de fraude electoral en Minnesota son de alcance limitado y han sido detectados por las salvaguardias existentes. En julio de 2025, uno de los dos residentes de Nevada se declaró culpable en un tribunal federal de conspiración para presentar cientos de solicitudes de registro de votantes fraudulentas en varios condados de Minnesota en 2021 y 2022. Los funcionarios electorales locales descubrieron inicialmente el plan. Si bien se presentaron cientos de solicitudes, no se emitieron ni se contaron votos fraudulentos. El Secretario de Estado, Steve Simon, elogió el caso como prueba de que los sistemas de Minnesota funcionan, evitando que las solicitudes fraudulentas se traduzcan en votos fraudulentos. Además del registro de casos limitados, una mujer fue sentenciada en octubre de 2025 por intentar emitir una boleta de voto ausente, que fue señalada y rechazada.
El debate sobre las políticas electorales de Minnesota se ha intensificado, particularmente con respecto a la política de "aval" del estado, que permite a un votante registrado avalar la residencia de hasta ocho personas más en el registro el mismo día. Los críticos, incluidas figuras conservadoras nacionales, argumentan que esta política crea una vulnerabilidad potencial al abuso, especialmente en conjunto con el registro el mismo día y la falta de requisitos de identificación para los votantes avalados. Un artículo reciente de Fox News amplificó estas preocupaciones, destacando el potencial de explotación. Sin embargo, los funcionarios estatales defienden la política, señalando su existencia durante más de 50 años sin evidencia de explotación sistémica.
Para echar más leña al fuego, existen investigaciones de fraude de bienestar social y cuidado infantil no relacionadas pero de alto perfil, sobre todo el escándalo "Feeding Our Future", que involucró cientos de millones de dólares en presunto uso indebido de fondos federales. Algunos republicanos han intentado establecer una conexión entre estos escándalos y la integridad electoral, argumentando que las mismas vulnerabilidades que permiten el fraude en los servicios sociales podrían explotarse en las elecciones. Sin embargo, no se ha corroborado ningún vínculo directo entre estos escándalos y el fraude electoral. Las acusaciones de recolección de boletas en 2020 vinculadas a la representante Ilhan Omar, amplificadas por grupos como Project Veritas, han sido en gran medida desacreditadas o carecen de corroboración, y las fuentes se retractaron de sus declaraciones.
A pesar de las preocupaciones planteadas, la evidencia sugiere que el fraude electoral probado en Minnesota sigue siendo extremadamente limitado y es detectado y prevenido eficazmente por los sistemas existentes. Si bien los debates políticos y el espectro del fraude en otras áreas del gobierno estatal continúan alimentando el escrutinio, las afirmaciones de fraude electoral generalizado a menudo provienen de críticas a las políticas existentes o de una fusión con escándalos de fraude no relacionados.
Discussion
Join the conversation
Be the first to comment