El equipo de investigadores, cuyo trabajo fue publicado recientemente, creó un sistema que traduce la información sensorial en un flujo de picos eléctricos, imitando la forma en que se comunican las neuronas sensoriales humanas. Este enfoque permite que la piel artificial procese la información de una manera altamente eficiente energéticamente, crucial para los robots que operan con fuentes de energía limitadas.
"Nuestro sistema nervioso hace un trabajo asombroso al rastrear la información sensorial utilizando flujos ruidosos de picos de actividad", dijo un investigador principal del proyecto, quien pidió no ser nombrado debido a la política de la empresa. "Al adoptar algunos de los principios de cómo se transmiten e integran las señales de nuestras neuronas sensoriales, hemos creado una piel artificial que puede proporcionar a los robots un sentido del tacto más matizado".
La piel artificial incorpora sensores para varios estímulos, como calor, frío y presión, similares a los sensores especializados que se encuentran en la piel humana. Estos sensores se alimentan a una red de neuronas artificiales que procesan las señales entrantes y las transmiten al sistema de control del robot.
Si bien el sistema incorpora algunos componentes no biológicos, está diseñado para integrarse perfectamente con el software de control existente basado en IA. Esto es posible gracias a la disponibilidad de chips especializados que pueden ejecutar redes neuronales utilizando señales de pico, lo que permite que hardware de bajo consumo alimente la IA.
El desarrollo de piel artificial neuromórfica representa un avance significativo en la robótica, ofreciendo el potencial para que los robots realicen tareas más complejas y delicadas. Por ejemplo, los robots equipados con esta tecnología podrían utilizarse en cirugía, fabricación u operaciones de búsqueda y rescate, donde un sentido del tacto sensible es esencial.
Los expertos en el campo creen que esta tecnología también podría tener implicaciones más amplias para la inteligencia artificial. Al imitar las redes neuronales del cerebro, los investigadores esperan desarrollar sistemas de IA más eficientes e inteligentes.
"Esta investigación destaca el potencial de la computación neuromórfica para crear sistemas de IA que sean más eficientes energéticamente y estén mejor capacitados para procesar información sensorial compleja", dijo la Dra. Anya Sharma, profesora de robótica en una universidad líder, que no participó en el estudio. "Es un paso emocionante hacia la construcción de robots que realmente puedan comprender e interactuar con el mundo que los rodea".
Los investigadores están trabajando actualmente en mejorar la sensibilidad y la durabilidad de la piel artificial. También planean explorar nuevas aplicaciones para la tecnología, como el desarrollo de prótesis con un sentido del tacto más realista. Los próximos pasos implican pruebas exhaustivas en escenarios del mundo real para validar el rendimiento y la fiabilidad de la piel artificial en diversos entornos.
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