Las autoridades turcas detuvieron el martes a 357 presuntos miembros del grupo Estado Islámico (EI) en 21 provincias, según el ministro del Interior, Ali Yerlikaya. Las redadas coordinadas se produjeron tras un asedio en Yalova, una ciudad del noroeste, donde murieron tres agentes de policía y seis presuntos militantes el lunes.
Yerlikaya anunció las operaciones a nivel nacional a través de una publicación en X, antes conocido como Twitter, afirmando que las redadas tuvieron lugar en ciudades como Ankara, Estambul y Yalova. Hizo hincapié en el compromiso del gobierno de combatir el terrorismo, diciendo: "Así como nunca hemos dado una oportunidad a aquellos que intentan poner de rodillas a este país con el terrorismo, tampoco les daremos una oportunidad en el futuro". El ministro también compartió un video en las redes sociales que parecía mostrar a varias personas siendo detenidas.
Estas detenciones se producen menos de una semana después de que las autoridades arrestaran a 115 sospechosos que, según los fiscales, estaban planeando ataques contra no musulmanes durante el período de Navidad y Año Nuevo. Las recientes operaciones destacan los esfuerzos continuos de Turquía para contrarrestar la amenaza que representan el EI y otros grupos extremistas dentro de sus fronteras.
Turquía ha sufrido numerosos ataques por parte del EI en el pasado, incluido un tiroteo masivo en un club nocturno de Estambul en la víspera de Año Nuevo de 2017 que mató a 39 personas. El país también ha sido un punto de tránsito clave para combatientes extranjeros que buscan unirse al EI en Siria e Irak.
El gobierno ha intensificado sus esfuerzos de lucha contra el terrorismo en los últimos años, llevando a cabo operaciones regulares contra presuntos miembros del EI e interrumpiendo sus redes. Las últimas detenciones señalan un compromiso continuo para prevenir futuros ataques y mantener la seguridad en todo el país. La investigación sobre los sospechosos detenidos está en curso.
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