Las empresas derivadas de universidades europeas especializadas en tecnología profunda (deep tech) se están convirtiendo cada vez más en una fuente lucrativa de innovación, con un número significativo que alcanza hitos financieros sustanciales. Para 2025, 76 empresas europeas de tecnología profunda y ciencias de la vida originadas en instituciones académicas habían alcanzado una valoración de $1 mil millones o $100 millones en ingresos, lo que indica un ecosistema maduro para las empresas emergentes nacidas en universidades.
Estas empresas derivadas forman parte de una tendencia más amplia, contribuyendo a un embudo europeo de empresas derivadas ahora valorado en $398 mil millones, según el Informe Europeo de Empresas Derivadas 2025 de Dealroom. El éxito de empresas como Iceye (tecnología de radar de apertura sintética), IQM (computación cuántica), Isar Aerospace (servicios privados de lanzamiento espacial), Synthesia (generación de video con IA) y Tekever (tecnología de drones) ha atraído una mayor inversión de capital de riesgo al sector.
La creciente viabilidad financiera de estas empresas está remodelando el panorama de la inversión en tecnología profunda en Europa. El surgimiento de fondos especializados, como PSV Hafnium, que recientemente cerró un fondo inaugural sobresuscrito de €60 millones (aproximadamente $71 millones) centrado en tecnología profunda nórdica, y U2V (University2Ventures), que apunta a una cantidad similar con un enfoque en las regiones de habla alemana, demuestra un creciente apetito por las inversiones en etapa inicial en empresas derivadas de universidades. Estos nuevos fondos se suman a la red existente de empresas de capital de riesgo europeas que priorizan las empresas derivadas de universidades como una estrategia de inversión central.
Las universidades y los laboratorios de investigación han sido reconocidos durante mucho tiempo como centros de innovación en tecnología profunda en Europa. La conversión de la investigación académica en productos y servicios comercialmente viables está ganando impulso, impulsada por una mayor financiación y un camino más ágil hacia el mercado. Cambridge, Oxford y ETH Zurich han liderado históricamente el camino en la producción de empresas derivadas exitosas, pero la tendencia se está expandiendo por toda Europa.
De cara al futuro, la afluencia de capital y el éxito comprobado de las primeras empresas derivadas de tecnología profunda sugieren un crecimiento continuo en este sector. Se espera que el enfoque en la traducción de la investigación de vanguardia en aplicaciones prácticas impulse una mayor innovación y atraiga más inversión, solidificando la posición de Europa como un actor clave en el panorama mundial de la tecnología profunda.
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