Las devastadoras inundaciones que afectaron a regiones de todo el mundo en 2025 suscitaron interrogantes sobre las medidas preventivas para el año venidero. Desde el sudeste asiático hasta Norteamérica y Oriente Medio, las comunidades se enfrentaron a importantes desafíos debido al aumento del nivel del agua, lo que convirtió a las inundaciones en el principal peligro climático del año, según Pawan Bhattarai, profesor adjunto del departamento de ingeniería civil de la Universidad Tribhuvan, con sede en Katmandú, Nepal.
Gaza experimentó condiciones particularmente duras, con fuertes aguaceros y temperaturas gélidas que exacerbaron la difícil situación de casi dos millones de personas desplazadas. El continuo bombardeo israelí, que se extiende por dos años, ha dejado a muchos residentes viviendo en tiendas de campaña entre escombros, sin refugio ni recursos adecuados.
El aumento de la frecuencia e intensidad de estas inundaciones ha impulsado a los expertos en clima a examinar las causas subyacentes y a abogar por estrategias gubernamentales proactivas. Bhattarai hizo hincapié en la urgente necesidad de que los gobiernos implementen planes integrales de gestión de inundaciones, que incluyan la mejora de la infraestructura y los sistemas de alerta temprana. Señaló que los modelos predictivos basados en la IA podrían desempeñar un papel crucial en la previsión de los riesgos de inundación y en la facilitación de evacuaciones oportunas. Estos modelos analizan vastos conjuntos de datos, incluidos los patrones climáticos, la información topográfica y los datos históricos de inundaciones, para identificar las zonas de alto riesgo.
El desarrollo de sistemas de IA más sofisticados para la predicción de inundaciones es un proceso continuo. Los avances recientes incluyen el uso de algoritmos de aprendizaje automático para mejorar la precisión de las previsiones de lluvia y la integración de imágenes de satélite para controlar los niveles de agua en tiempo real. Sin embargo, siguen existiendo desafíos para garantizar un acceso equitativo a estas tecnologías y abordar las consideraciones éticas que rodean su despliegue. Por ejemplo, los sesgos en los datos de entrenamiento podrían conducir a predicciones inexactas para ciertas comunidades, lo que podría exacerbar las desigualdades existentes.
De cara a 2026, los gobiernos y los investigadores están explorando una serie de soluciones, desde enfoques basados en la naturaleza, como la restauración de humedales, hasta soluciones de ingeniería, como la construcción de barreras contra inundaciones. La eficacia de estas medidas dependerá de un esfuerzo coordinado para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse al cambio climático. La pregunta sigue siendo si estos esfuerzos serán suficientes para mantener a las comunidades a flote frente a fenómenos meteorológicos cada vez más graves.
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