Jimmy Lai, el magnate prodemocrático encarcelado en Hong Kong, estaría sufriendo un deterioro de su salud en prisión, según su hija. Claire Lai, que reside exiliada en Londres, declaró a la BBC que a su padre "a veces se le caen las uñas" y que se le están pudriendo los dientes.
Lai, de 78 años, está detenido desde diciembre de 2020 y se enfrenta a una posible cadena perpetua. A principios de este mes, fue declarado culpable de colusión con fuerzas extranjeras en virtud de la ley de seguridad nacional (LSN) de Hong Kong. Su familia ha escrito una carta, vista por la BBC, en la que insta al primer ministro británico, Keir Starmer, a que pida la liberación de Lai durante su próxima reunión con el presidente chino, Xi Jinping, el mes que viene. Claire Lai expresó su temor de "no volver a verle nunca más" y añadió: "Por supuesto que me preocupa que mi padre vaya a ser un mártir, y no quiero que sea un mártir. Pero no estaría aquí hoy, no estaría hablando si no pensara que esta es su mejor oportunidad".
Las autoridades de Hong Kong y China han refutado las acusaciones de maltrato, afirmando que Lai goza de "buena salud". Sin embargo, persisten las preocupaciones sobre las condiciones de su encarcelamiento y la imparcialidad de los cargos que se le imputan.
El caso de Lai ha atraído la atención internacional, poniendo de relieve la preocupación por la erosión de las libertades democráticas en Hong Kong tras la aplicación de la LSN en 2020. La ley penaliza la secesión, la subversión, el terrorismo y la colusión con fuerzas extranjeras, y se ha utilizado para silenciar la disidencia y reprimir los movimientos prodemocráticos. Los críticos argumentan que la LSN viola el marco de "un país, dos sistemas", que pretendía garantizar a Hong Kong un alto grado de autonomía durante 50 años tras su entrega del dominio británico al chino en 1997.
Las Naciones Unidas y varias organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por el impacto de la LSN en las libertades fundamentales y el estado de derecho en Hong Kong. Han pedido que se derogue la ley y que se libere a los presos políticos, incluido Jimmy Lai.
La condena y la continua detención de Lai son consideradas por muchos como un símbolo de la represión del gobierno chino contra la disidencia en Hong Kong. Sus partidarios sostienen que está siendo atacado por sus opiniones prodemocráticas y su defensa de una mayor libertad política en la región. La situación sigue siendo tensa, con una creciente presión internacional sobre China para que cumpla sus compromisos con la autonomía de Hong Kong y garantice la protección de los derechos humanos.
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