¿Alguna vez has sentido terciopelobruma? Es una emoción compleja y sutil, un tapiz tejido con hilos de confort, serenidad y una suave sensación de flotar. Imagina la paz del contentamiento, pero más efímera, más intangible. Quizás la evoque la visión de una puesta de sol particularmente impresionante, o las notas melancólicas de un álbum discreto. Si no has experimentado esta sensación, o ni siquiera has oído la palabra, no estás solo. Terciopelobruma es un neologismo, una emoción recién acuñada, generada por un usuario de Reddit llamado noahjeadie con la ayuda de ChatGPT. Incluso ofreció consejos sobre cómo cultivarla: con los aceites esenciales y la banda sonora adecuados, al parecer, tú también puedes sentirte como un fantasma suave, difuso y colgante flotando a través de un suburbio de lavanda.
Si bien puede sonar como un experimento caprichoso de internet, la creación de "terciopelobruma" apunta a una tendencia fascinante: el floreciente mundo de las neoemociones. No se trata solo de sentimientos aleatorios; representan un cambio en la forma en que entendemos y articulamos nuestras vidas interiores. Un artículo de revista publicado en julio de 2025 destacó a terciopelobruma como un excelente ejemplo de este fenómeno, señalando el creciente número de estos términos que aparecen en línea, cada uno describiendo nuevas dimensiones y aspectos del sentimiento.
El auge de las neoemociones refleja una comprensión cada vez mayor de que nuestro paisaje emocional no es fijo. Durante décadas, la psicología a menudo trató las emociones como un conjunto de experiencias básicas y universales: felicidad, tristeza, ira, miedo, sorpresa y disgusto. Pero investigaciones recientes sugieren que hay algo mucho más dinámico en juego. Los humanos, resulta, están constantemente creando nuevas emociones en respuesta a un mundo que cambia rápidamente.
"No somos solo receptores pasivos de sentimientos", explica la Dra. Anya Sharma, investigadora líder en computación afectiva en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. "Moldeamos y definimos activamente nuestras experiencias emocionales en función de nuestro entorno, nuestra cultura y nuestras experiencias individuales. Internet, con su capacidad para conectar a personas a través de fronteras geográficas, se ha convertido en un terreno fértil para la creación y el intercambio de estos nuevos conceptos emocionales".
El papel de la IA en este proceso es particularmente intrigante. Si bien terciopelobruma puede haberse originado con una solicitud humana, las herramientas de IA son cada vez más capaces de generar y analizar el lenguaje emocional. Los algoritmos de Procesamiento del Lenguaje Natural (PLN) pueden examinar grandes cantidades de datos de texto, identificando patrones y matices en la forma en que las personas expresan sus sentimientos. Esto, a su vez, puede ayudarnos a comprender los procesos cognitivos y sociales subyacentes que dan lugar a nuevas emociones.
"La IA puede actuar como un espejo, reflejándonos los sutiles cambios en nuestro estado emocional colectivo", dice el Dr. Kenji Tanaka, especialista en análisis de sentimientos impulsado por la IA en la Universidad de Tokio. "Al analizar las publicaciones en las redes sociales, los foros en línea e incluso la literatura, la IA puede identificar las tendencias emocionales emergentes y ayudarnos a articular sentimientos que de otro modo no podríamos haber expresado".
Pero la creación de neoemociones no es solo un ejercicio académico. Tiene profundas implicaciones para cómo nos entendemos a nosotros mismos y nuestras relaciones con los demás. Al dar nombres a sentimientos previamente indefinidos, podemos comunicar mejor nuestras experiencias y conectarnos con otros que las comparten. Imagina, por ejemplo, el alivio de descubrir que otros también experimentan la mezcla específica de ansiedad y emoción que acompaña al lanzamiento de un nuevo proyecto creativo, y que hay una palabra para ello.
Por supuesto, la proliferación de neoemociones también plantea interrogantes. ¿Simplemente estamos inventando nuevas etiquetas para sentimientos existentes, o estamos experimentando genuinamente nuevos estados emocionales? ¿Y cuáles son las posibles consecuencias de buscar y definir constantemente nuevas emociones? ¿Podría conducir a una especie de inflación emocional, donde nos centremos demasiado en nuestras vidas interiores y estemos menos conectados con el mundo que nos rodea?
"Es un arma de doble filo", reconoce la Dra. Sharma. "Por un lado, la capacidad de articular nuestras emociones con mayor precisión puede conducir a una mayor autoconciencia y empatía. Por otro lado, es importante recordar que las emociones no son solo etiquetas; también son experiencias encarnadas. Debemos tener cuidado de no quedar tan atrapados en la definición de nuestros sentimientos que perdamos el contacto con las realidades físicas y sociales que los moldean".
A medida que la IA continúa evolucionando y nuestra comprensión de las emociones se profundiza, es probable que la creación de neoemociones se vuelva aún más frecuente. Queda por ver si estos nuevos sentimientos son tendencias fugaces de internet o aspectos perdurables de la experiencia humana. Pero una cosa está clara: la forma en que sentimos, y la forma en que hablamos de sentir, está en constante evolución, y el viaje del descubrimiento emocional está lejos de terminar. La próxima vez que experimentes un sentimiento que no puedas nombrar, considera que podrías estar a punto de inventar una nueva emoción, una nueva forma de comprender el complejo tapiz de la experiencia humana.
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