Los humanos son quimeras, portadores de poblaciones de células de sus familiares biológicos dentro de sus cuerpos, según un nuevo libro, "Hidden Guests: Migrating Cells and How the New Science of Microchimerism is Redefining Human Identity" (Huéspedes ocultos: Las células migratorias y cómo la nueva ciencia del microquimerismo está redefiniendo la identidad humana), de la periodista Lise Barnéoud. Estas células extrañas, conocidas como células microquiméricas, provienen principalmente de madres e hijos, y se transmiten entre ellos durante el embarazo a través de la placenta.
El libro detalla cómo las madres retienen células de sus hijos, y los hijos retienen células de sus madres, e incluso potencialmente de las abuelas maternas, los hermanos mayores o los gemelos. Estas células se han descubierto en casi todos los órganos examinados, aunque son mucho menos numerosas que los microorganismos que residen en el intestino, la piel y otros órganos. Barnéoud señala que las células microquiméricas se presentan en una proporción de aproximadamente una célula por cada 10.000 a 1 millón de células propias de un individuo.
Este fenómeno, denominado microquimerismo, plantea profundas cuestiones sobre la identidad individual y la interconexión de los seres humanos. La presencia de células extrañas desafía la comprensión tradicional de una persona como una entidad genéticamente distinta.
Las implicaciones del microquimerismo son de gran alcance, y podrían influir en las respuestas inmunitarias, la susceptibilidad a las enfermedades e incluso la función de los órganos. Si bien el papel exacto de estas células aún se está investigando, la investigación sugiere que pueden desempeñar un papel en la reparación de tejidos y la modulación inmunitaria. Sin embargo, también se han relacionado con enfermedades autoinmunes, en las que el cuerpo ataca sus propios tejidos, posiblemente confundiendo las células extrañas con una amenaza.
El estudio del microquimerismo es un campo relativamente nuevo, y los investigadores aún están trabajando para comprender el alcance total de su impacto en la salud y la biología humanas. Es probable que las investigaciones futuras se centren en la identificación de las funciones específicas de las células microquiméricas en diferentes órganos y tejidos, así como en la exploración de sus posibles aplicaciones terapéuticas.
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