Los inversores bursátiles estadounidenses cierran 2025 con una nota optimista, culminando un año marcado por una volatilidad significativa. A pesar de los vientos en contra iniciales derivados de las políticas comerciales, las sólidas ganancias corporativas y el entusiasmo por la inteligencia artificial impulsaron a los mercados a máximos históricos en verano.
Se prevé que el índice S&P 500 termine el año con una ganancia aproximada del 17%, lo que marca el tercer año consecutivo de crecimiento de dos dígitos. El índice Nasdaq Composite, con gran peso tecnológico, está a punto de registrar un aumento del 21%, mientras que el índice Russell 2000, que representa a las empresas más pequeñas, es aproximadamente un 12% más alto en lo que va de año. El mercado experimentó un susto a principios de abril, cuando el anuncio del Presidente Trump de aranceles radicales a los socios comerciales de EE.UU. empujó al S&P 500 al borde del territorio del mercado bajista, definido como una caída del 20% desde su máximo más reciente. Los índices Nasdaq Composite y Russell 2000 entraron brevemente en territorio de mercado bajista.
La resistencia del mercado refleja la fortaleza subyacente de la economía estadounidense y un cambio en el sentimiento de los inversores. Las preocupaciones iniciales en torno a los aranceles comerciales dieron paso al optimismo, ya que las empresas demostraron una sólida rentabilidad y adoptaron las inversiones en IA. Este impulso positivo alimentó un repunte que llevó al mercado durante el resto del año.
De cara a 2026, los analistas anticipan otro año potencialmente fuerte para los inversores bursátiles. Sin embargo, los próximos cambios de liderazgo en el banco central estadounidense y las crecientes preocupaciones sobre la valoración de las acciones de IA introducen elementos de incertidumbre. El camino a seguir puede estar sujeto a una mayor volatilidad.
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