En su discurso anual de Nochevieja a la nación, el presidente ruso Vladimir Putin dedicó una mínima parte de su alocución al conflicto en curso en Ucrania, una desviación con respecto al año anterior, ya que los rusos, cansados de la guerra, desean cada vez más una resolución. Hablando durante poco más de tres minutos con las murallas exteriores del Kremlin como telón de fondo, Putin dijo a los soldados rusos que estaban luchando por su tierra natal, por la verdad y la justicia, y añadió que el pueblo ruso cree que se logrará la victoria.
Más allá de la breve mención del conflicto, el discurso de Putin se asemejó en gran medida a los de los dos años anteriores, retratando a Rusia como una familia unida y fuerte que lucha por un futuro mejor. Esto contrastó fuertemente con su discurso de Año Nuevo de 2022, pronunciado frente a oficiales en uniforme de campaña, donde pasó casi nueve minutos discutiendo la guerra y denunciando lo que describió como un Occidente hipócrita. En aquel momento, la guerra tenía 10 meses y Ucrania, apoyada por sus aliados occidentales, había resistido con éxito las ambiciones iniciales de Rusia de una victoria rápida.
La brevedad de las declaraciones de este año sobre la guerra refleja un cambio de sentimiento dentro de Rusia, donde, después de casi cuatro años de conflicto, muchos esperan una solución negociada. La guerra en Ucrania, que comenzó con la invasión a gran escala de Rusia en febrero de 2022, ha tenido profundas implicaciones globales, interrumpiendo las cadenas de suministro, alimentando la inflación y desencadenando una importante crisis energética en Europa. También ha provocado una importante realineación de las alianzas geopolíticas, con la OTAN fortaleciendo su presencia en Europa del Este y países como Finlandia y Suecia abandonando su neutralidad de larga data para buscar ser miembros de la alianza.
Si bien el discurso de Putin hizo poca mención a posibles conversaciones de paz con Estados Unidos u otros actores internacionales, el deseo de una resolución es palpable tanto dentro de Rusia como a nivel internacional. El conflicto ha provocado importantes bajas en ambos bandos y ha desplazado a millones de ucranianos. Los esfuerzos internacionales para mediar un alto el fuego o negociar una paz duradera no han tenido éxito hasta ahora, y tanto Rusia como Ucrania se mantienen firmes en sus respectivas demandas. Estados Unidos y sus aliados han proporcionado una importante ayuda militar y financiera a Ucrania, al tiempo que imponen sanciones a Rusia en un esfuerzo por presionar a Moscú para que ponga fin a la guerra. La trayectoria del conflicto sigue siendo incierta, pero el creciente deseo de paz sugiere que los esfuerzos diplomáticos podrían intensificarse en el próximo año.
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