La policía finlandesa detuvo a un buque de carga sospechoso de dañar un cable de telecomunicaciones submarino que conecta Helsinki, Finlandia, y Estonia a través del Golfo de Finlandia. El buque, llamado Fitburg, navegaba desde San Petersburgo a Haifa, Israel, bajo la bandera de San Vicente y las Granadinas cuando fue interceptado.
Los 14 miembros de la tripulación fueron arrestados tras los daños al cable propiedad del operador de telecomunicaciones finlandés Elisa. En un comunicado, Elisa informó que el daño "no había afectado la funcionalidad de los servicios de Elisa de ninguna manera", ya que los servicios fueron redirigidos inmediatamente.
El incidente se produce en medio de crecientes preocupaciones sobre la seguridad de la infraestructura submarina en el Mar Báltico. Una serie de incidentes relacionados con cables submarinos dañados o cortados en los últimos años ha provocado especulaciones e investigaciones sobre las posibles causas, incluido el sabotaje deliberado. Muchos expertos y líderes políticos han calificado estos incidentes como posibles actos de "guerra híbrida" librada por Rusia contra las naciones occidentales, una preocupación que se ha intensificado desde la invasión rusa de Ucrania en 2022.
La policía finlandesa está investigando el incidente como "perturbación agravada de las telecomunicaciones" y "daños agravados". La guardia costera finlandesa se acercó y detuvo el buque.
La investigación sobre el incidente del Fitburg está en curso, y las autoridades están trabajando para determinar la causa precisa del daño al cable y si fue intencional. El incidente pone de relieve la vulnerabilidad de la infraestructura submarina crítica y el potencial de interrupción de las redes de comunicaciones internacionales.
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