La afirmación del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de que Israel es el único país en Oriente Medio donde la comunidad cristiana está prosperando ha desatado un debate y ha provocado un examen de las realidades que enfrentan los cristianos dentro del país. La declaración, hecha pública el 26 de diciembre de 2025, contrasta con los informes de algunos líderes y organizaciones cristianas que citan casos de discriminación y desafíos a la libertad religiosa.
Si bien la población cristiana en Israel ha crecido en números absolutos, alcanzando aproximadamente 185.000, lo que representa alrededor del 2% de la población, la percepción de su bienestar es compleja. Este crecimiento se atribuye principalmente al aumento natural de la población y no a la conversión.
El gobierno israelí sostiene que protege los derechos de todos sus ciudadanos, incluidos los cristianos, y señala la libertad de culto y el acceso a los lugares sagrados como evidencia de su compromiso. Los funcionarios del gobierno a menudo destacan el contraste entre la situación de los cristianos en Israel y la persecución que enfrentan las comunidades cristianas en otras partes de Oriente Medio.
Sin embargo, algunos líderes cristianos y grupos de defensa informan una realidad diferente. Citan casos de vandalismo contra propiedades de la iglesia, acoso al clero y restricciones a los permisos de construcción para nuevas iglesias. También se han expresado preocupaciones sobre el impacto del conflicto israelí-palestino en las comunidades cristianas, particularmente aquellas que viven en Cisjordania.
"Si bien apreciamos los esfuerzos del gobierno para proteger los lugares sagrados, también experimentamos desafíos diarios que afectan nuestra capacidad de practicar nuestra fe libremente y vivir con dignidad", dijo el padre Gabriel Romanus, un sacerdote en Jerusalén, en una entrevista reciente. Agregó que el auge de los grupos extremistas y un clima de intolerancia contribuyen a una sensación de vulnerabilidad entre los cristianos.
El tema del servicio militar obligatorio también presenta un desafío único para los cristianos en Israel. Si bien los cristianos no están legalmente obligados a servir en el ejército israelí, a diferencia de los ciudadanos judíos, algunos eligen ser voluntarios. Esta decisión puede crear divisiones dentro de la comunidad, ya que algunos creen que es un deber patriótico, mientras que otros lo ven como una traición a su identidad palestina.
El debate sobre el estatus de los cristianos en Israel refleja las complejidades más amplias de la sociedad israelí, donde las tensiones religiosas, étnicas y políticas a menudo se cruzan. Si bien el gobierno enfatiza su compromiso con la libertad religiosa, las experiencias de algunos cristianos sugieren que aún existen desafíos para garantizar su participación plena e igualitaria en la sociedad israelí. La situación continúa evolucionando, con un diálogo continuo entre los líderes cristianos y los funcionarios del gobierno destinado a abordar las preocupaciones y promover una mayor comprensión.
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