Se espera que la orden ejecutiva del presidente Trump para flexibilizar las restricciones federales sobre la marihuana proporcione beneficios inmediatos para las empresas de cannabis, pero los cambios no serán universales. Si bien la reclasificación de la marihuana como una droga de menor riesgo se promociona como un catalizador para la investigación del cannabis, los expertos advierten que el proceso es más complejo de lo que parece.
La orden ejecutiva, emitida en diciembre de 2025, pone en marcha un proceso para reclasificar la marihuana según la ley federal. Sin embargo, no anula automáticamente las leyes existentes dirigidas a la marihuana, incluidas las que prohíben su transporte a través de las fronteras estatales. Esto significa que, si bien las empresas de cannabis pueden experimentar cierto alivio inmediato, persisten importantes obstáculos legales.
Gillian Schauer, directora ejecutiva de la Asociación de Reguladores de Cannabis no partidista, que incluye agencias de 46 estados, enfatizó la necesidad de tener expectativas realistas. "Es difícil ver los grandes titulares de, 'La marihuana reclasificada a la Lista III; la investigación sobre la marihuana se abrirá'", dijo Schauer. "Saben, esas cosas no son ciertas por ahora".
El proceso de reclasificación, aunque iniciado por la orden ejecutiva, requiere más medidas regulatorias. La Administración de Control de Drogas (DEA) debe proponer y finalizar una norma para trasladar la marihuana de la Lista I a la Lista III de la Ley de Sustancias Controladas. Este proceso generalmente implica un período de comentarios públicos y puede tardar meses o incluso años en completarse.
Los beneficios potenciales de la reclasificación incluyen ventajas fiscales para las empresas de cannabis, ya que ya no estarían sujetas a la Sección 280E del código tributario, que prohíbe a las empresas que trafican con sustancias de las Listas I o II deducir los gastos comerciales ordinarios. La reclasificación también podría facilitar a los investigadores el estudio de los posibles beneficios médicos del cannabis.
Sin embargo, los expertos advierten que la reclasificación por sí sola no resolverá todos los desafíos que enfrenta la industria del cannabis. La prohibición federal continúa creando obstáculos para las empresas, incluido el acceso limitado a los servicios bancarios y las dificultades en el comercio interestatal.
El futuro de la política de marihuana en los Estados Unidos sigue siendo incierto. Si bien la orden ejecutiva representa un paso significativo hacia la reforma federal, es posible que sean necesarias más medidas legislativas para resolver por completo el conflicto entre las leyes federales y estatales. Es probable que el debate en curso sobre la legalización de la marihuana continúe en el futuro previsible.
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