Myanmar se prepara para una elección el domingo, la primera desde el golpe militar de hace casi cinco años, en medio de preocupaciones generalizadas sobre la imparcialidad y la intimidación. La elección, orquestada por la junta militar gobernante, ha sido calificada de "farsa" por los críticos y es vista con escepticismo por muchos ciudadanos.
En Mandalay, el teniente general retirado Tayza Kyaw, candidato del partido Unión, Solidaridad y Desarrollo (USDP), respaldado por los militares, en la circunscripción de Aungmyaythazan, celebró recientemente un mitin de campaña. Dirigiéndose a una multitud de 300 a 400 personas, Kyaw prometió mejores tiempos si era elegido. Según el corresponsal de la BBC para el Sudeste Asiático, Jonathan Head, muchos asistentes parecían poco entusiastas, algunos cabeceaban de sueño por el calor y los niños jugaban durante el discurso. Head observó que muchas familias presentes eran víctimas del terremoto que aparentemente esperaban ayuda, y se marcharon inmediatamente después de que concluyera el mitin.
La próxima votación se celebra en un contexto de inestabilidad política y violencia tras la toma del poder por parte de los militares. Los militares derrocaron al gobierno elegido democráticamente liderado por la Liga Nacional para la Democracia (NLD) de Aung San Suu Kyi, alegando un fraude generalizado en las elecciones generales de 2020, una acusación ampliamente disputada.
Existen múltiples perspectivas sobre la legitimidad de las elecciones. La junta militar sostiene que la elección es necesaria para restablecer la estabilidad y allanar el camino para un retorno al gobierno civil, mientras que los grupos de oposición y los observadores internacionales argumentan que no existen las condiciones para una elección libre y justa. Las preocupaciones incluyen las restricciones a la participación política, la detención de líderes de la oposición y la supresión de la disidencia.
El resultado de las elecciones y su posible impacto en el futuro de Myanmar siguen siendo inciertos. La comunidad internacional está monitoreando de cerca la situación, y muchos países ya han expresado su preocupación por la credibilidad del proceso electoral. La elección está programada para el 28 de diciembre.
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