Los fondos mutuos de renta variable de gestión activa experimentaron un éxodo masivo en 2025, con inversores retirando un estimado de $1 billón de dólares de estos fondos, ya que las estrategias de selección de acciones tuvieron dificultades para mantener el ritmo de los rendimientos del mercado. Este cambio marca el undécimo año consecutivo de salidas netas para los fondos de gestión activa y, según algunas mediciones, representa la salida más significativa del ciclo.
Según datos de Bloomberg Intelligence que utilizan datos del ICI, el $1 billón de dólares retirado de los fondos mutuos de renta variable de gestión activa contrastó fuertemente con los $600 mil millones de dólares que fluyeron hacia los fondos cotizados en bolsa (ETF) de renta variable pasiva durante el mismo período. El bajo rendimiento de los gestores activos se atribuyó en gran medida al dominio de un pequeño grupo de acciones tecnológicas de megacapitalización dentro del S&P 500. Estas acciones representaron una parte desproporcionada de las ganancias del índice, lo que dificultó a los gestores de fondos diversificados superar el rendimiento del mercado sin ponderar fuertemente sus carteras hacia estas empresas específicas.
El impacto de esta tendencia en el mercado fue significativo, ya que los inversores cuestionaron cada vez más el valor de pagar por la gestión activa cuando las estrategias pasivas ofrecían rendimientos similares, o incluso mejores. La frustración provino del hecho de que muchas carteras activas, a pesar de sus tarifas más altas, se parecían cada vez más al índice S&P 500, particularmente en su dependencia del mismo puñado de gigantes tecnológicos.
Esta situación refleja una tendencia a largo plazo en la industria de gestión de activos, donde la inversión pasiva ha ganado constantemente cuota de mercado a expensas de la gestión activa. El auge de los ETF de bajo costo y la creciente dificultad de superar consistentemente el rendimiento del mercado han contribuido a este cambio. La concentración de las ganancias del mercado en unas pocas grandes empresas exacerbó aún más los desafíos que enfrentaron los gestores activos en 2025.
De cara al futuro, es probable que la presión sobre los gestores de renta variable activa persista. Mientras los rendimientos del mercado sigan concentrados en un pequeño número de acciones, será difícil para los gestores activos justificar sus tarifas y atraer nuevo capital. Es posible que la industria deba adaptarse desarrollando nuevas estrategias de inversión o centrándose en nichos de mercado donde la gestión activa pueda agregar más valor.
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