Morris, quien en 1991 se convirtió en el primer afroamericano en obtener un doctorado en ciencias terrestres y atmosféricas del Instituto de Tecnología de Georgia, reconoció la necesidad de un cambio sistémico para fomentar la inclusión. "Desde el principio, Morris supo que algo debía cambiar para crear más oportunidades para los científicos negros en su campo", según un perfil de Nature.
Entre 2006 y 2018, el programa de la Universidad de Howard produjo al menos 50 graduados afroamericanos y 30 latinx con doctorados en ciencias atmosféricas en los Estados Unidos. Esta iniciativa impactó significativamente el panorama de la diversidad en el campo, abordando una disparidad histórica. El plan de estudios del programa se centró en proporcionar a los estudiantes una comprensión integral de los procesos atmosféricos, incluyendo la química atmosférica, el modelado climático y la teledetección. Los estudiantes adquirieron experiencia en el análisis de conjuntos de datos complejos, el desarrollo de modelos predictivos y la realización de investigaciones de campo.
El impacto del programa se extiende más allá del ámbito académico. Los graduados han seguido carreras en agencias gubernamentales, instituciones de investigación y empresas del sector privado, contribuyendo a los avances en la predicción meteorológica, la investigación del cambio climático y el monitoreo de la calidad del aire. El éxito del programa sirve como modelo para otras instituciones que buscan diversificar sus programas STEM.
Los esfuerzos de Morris representan un paso significativo hacia la creación de una comunidad científica más inclusiva y equitativa. La red de ex alumnos del programa de la Universidad de Howard continúa apoyando y asesorando a los aspirantes a científicos, asegurando que el legado del programa perdure. El éxito continuo del programa depende de la financiación sostenida y el apoyo institucional para mantener sus capacidades de investigación y atraer a los mejores talentos.
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