La desaparición de los familiares buzones rojos, que alguna vez fueron una imagen común, ya había señalado el cambio a muchos daneses. "La desaparición de los buzones es lo que realmente emocionó a la gente", dijo Julia Lahme, investigadora de tendencias y directora de Lahme, una agencia de comunicación danesa, "aunque la mayoría de ellos no había enviado una carta en 18 meses".
Dinamarca ha mantenido un servicio postal durante más de 400 años. Sin embargo, el auge de la comunicación digital ha alterado drásticamente la forma en que se corresponde la gente. Andreas Birch, de 31 años, recordó su trabajo infantil de pegar sellos a los sobres para su padre, un veterinario. "Sinceramente, no recordaba la última vez que envié una carta", dijo. La oficina de correos donde su padre solía dejar bolsas de cartas ahora es un jardín de infancia.
La disminución del correo tradicional refleja un cambio social más amplio hacia las plataformas de comunicación digital, incluyendo el correo electrónico, las aplicaciones de mensajería y las redes sociales. Esta transición plantea interrogantes sobre el futuro de los servicios postales tradicionales y su papel en un mundo cada vez más digital. Si bien el fin de la entrega de cartas marca un punto de inflexión histórico, es probable que PostNord adapte sus servicios para satisfacer las necesidades de comunicación en evolución de la población danesa, centrándose potencialmente en la entrega de paquetes y otros servicios logísticos.
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