La economía de Estados Unidos presenta un panorama mixto al acercarse a 2026, con sólidas cifras de crecimiento yuxtapuestas a debilidades subyacentes y un pesimismo generalizado entre los consumidores. El Producto Interno Bruto (PIB) superó las expectativas en el tercer trimestre de 2025, alcanzando una tasa anualizada del 4%, tras una expansión más moderada en la primera mitad del año. Este aumento se produjo a pesar de un año marcado por el regreso del Presidente Donald Trump a la Casa Blanca y su implementación de aranceles y políticas proteccionistas.
El Presidente Trump, en un discurso a principios de este mes, elogió el desempeño económico de su administración, prediciendo un auge económico sin precedentes. Sin embargo, los datos económicos revelan posibles vulnerabilidades que podrían afectar el crecimiento futuro.
El sentimiento del consumidor sigue siendo una preocupación importante, ya que muchos estadounidenses expresan pesimismo sobre su bienestar financiero. Esta desconexión entre los indicadores macroeconómicos y las experiencias individuales plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de la trayectoria económica actual. El impacto de los aranceles de Trump en varios sectores, incluyendo la manufactura y la agricultura, también está siendo monitoreado de cerca por sus posibles consecuencias a largo plazo. Los analistas están particularmente preocupados por la posibilidad de medidas de represalia por parte de los socios comerciales, lo que podría frenar aún más la actividad económica.
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