Cientos de miles de personas se reunieron el miércoles en Daca, Bangladesh, para lamentar la muerte de Khaleda Zia, la primera mujer primer ministro del país, quien falleció el martes a los 80 años tras una larga enfermedad. Personas de luto de todo Bangladesh viajaron a la capital para presentar sus últimos respetos mientras una caravana que transportaba el cuerpo de Zia, incluido un coche fúnebre envuelto en la bandera nacional, avanzaba por las calles cercanas al parlamento.
Las banderas ondearon a media asta y se desplegaron miles de agentes de seguridad para controlar a la multitud. Muchos extendieron sus manos en oración y portaban banderas impresas con fotografías de Zia. "He llegado hasta aquí solo para decir adiós. Sé que no podré ver su rostro, pero al menos pude ver el vehículo que la transportaba para los últimos ritos", dijo Setara Sultana, una activista del Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP) de Zia.
La carrera de Zia marcó un momento significativo para las mujeres en la política de Bangladesh. Se desempeñó como primera ministra durante múltiples mandatos, navegando por un panorama político a menudo dominado por hombres. Sharmina Siraj, madre de dos hijos, describió a Zia como "una inspiración", destacando los estipendios introducidos por su gobierno que beneficiaron a muchas mujeres y familias.
La trayectoria política de Khaleda Zia estuvo entrelazada con la de su esposo, el ex presidente Ziaur Rahman, quien fue asesinado en 1981. Tras su muerte, ella entró en la arena política, liderando el BNP y desafiando a la entonces gobernante Liga Awami. Su ascenso al poder simbolizó un cambio en la política de Bangladesh y ofreció una nueva visión para la participación de las mujeres en roles de liderazgo.
Si bien los partidarios de Zia la recuerdan como una defensora de la democracia y una voz para los marginados, su carrera política también estuvo marcada por la controversia y las acusaciones de corrupción, que ella negó constantemente. Su rivalidad con Sheikh Hasina, la actual primera ministra, definió la política de Bangladesh durante décadas.
El funeral de Estado reflejó el complejo legado de una mujer que rompió barreras y dejó una huella imborrable en Bangladesh. El torrente de dolor, particularmente de las mujeres de todo el país, subraya el impacto de su liderazgo y la inspiración que brindó a generaciones. Se espera que el BNP anuncie más detalles sobre los eventos conmemorativos en los próximos días.
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