Los astrónomos han descubierto evidencia que sugiere que la relación fundamental entre la luz ultravioleta y los rayos X emitidos por los cuásares, los núcleos luminosos de las galaxias alimentados por agujeros negros supermasivos, ha cambiado a lo largo de miles de millones de años, lo que podría alterar la comprensión establecida de los entornos de los agujeros negros. El equipo internacional, dirigido por investigadores del Observatorio Nacional de Atenas, publicó sus hallazgos en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, lo que indica que la estructura y el comportamiento de la materia que rodea a los agujeros negros supermasivos pueden evolucionar a lo largo de escalas de tiempo cósmicas.
La investigación desafía una suposición arraigada desde hace mucho tiempo en la astronomía de que la correlación entre las emisiones ultravioleta y de rayos X de los cuásares permanece constante a lo largo de la historia del universo. Esta relación ha sido una piedra angular para estimar las distancias a los cuásares y mapear la expansión del universo. "Si se confirman, estos resultados desafiarían una idea fundamental en la astronomía", declaró la Dra. Eleni Kalantzi, autora principal del estudio, en un comunicado de prensa de la Royal Astronomical Society.
Los cuásares, ubicados a grandes distancias de la Tierra, proporcionan una ventana al pasado del universo. La luz observada de estos objetos hoy se originó hace miles de millones de años, ofreciendo a los astrónomos una visión de las condiciones que prevalecieron en el universo primitivo. El cambio observado en la relación ultravioleta-rayos X sugiere que los procesos físicos que ocurren en el disco de acreción, la masa arremolinada de gas y polvo que alimenta el agujero negro, pueden haber sido diferentes en el pasado.
Las implicaciones de este descubrimiento se extienden más allá del ámbito de la astrofísica. Comprender la evolución de los agujeros negros y sus galaxias anfitrionas es crucial para comprender la estructura a gran escala del cosmos y la distribución de la materia en todo el universo. Los agujeros negros juegan un papel importante en la formación y evolución de las galaxias, influyendo en el crecimiento de las galaxias y la distribución de las estrellas dentro de ellas.
Investigadores de instituciones de Europa, Asia y América contribuyeron al estudio, destacando la naturaleza colaborativa de la investigación astronómica moderna. El equipo analizó datos de múltiples observatorios espaciales, incluidos telescopios de rayos X y detectores ultravioleta, para compilar un conjunto de datos completo que abarca una parte significativa de la historia cósmica.
Se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos y explorar los mecanismos subyacentes que impulsan los cambios observados. Los astrónomos planean realizar observaciones más detalladas de cuásares a varias distancias y corrimientos al rojo, que corresponden a diferentes épocas en la historia del universo, para investigar más a fondo la evolución de la relación ultravioleta-rayos X. El telescopio espacial James Webb, con sus capacidades infrarrojas sin precedentes, también puede desempeñar un papel crucial en futuros estudios al proporcionar nuevos conocimientos sobre la estructura y composición de los entornos de los cuásares.
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