Alaa Abd el-Fattah, un activista británico-egipcio, llegó al Reino Unido después de que el gobierno egipcio levantara una prohibición de viaje que había estado vigente tras su liberación de una década de prisión por disidencia. Abd el-Fattah había estado en la cárcel casi continuamente durante 10 años, principalmente debido a expresar su oposición al trato de los disidentes por parte del gobierno egipcio, según The Guardian.
La liberación del activista y su posterior llegada al Reino Unido marcan el final de una larga lucha que atrajo la atención internacional sobre las preocupaciones acerca de los derechos humanos y la libertad de expresión en Egipto. El encarcelamiento de Abd el-Fattah se extendió dos años más allá de su sentencia original de cinco años, ya que las autoridades de El Cairo inicialmente se negaron a liberarlo.
El caso de Abd el-Fattah destaca las preocupaciones sobre la intersección de la vigilancia impulsada por la IA y los derechos humanos, ya que los gobiernos utilizan cada vez más la tecnología para monitorear y restringir los movimientos de los activistas, lo que genera inquietudes sobre la libertad de expresión y el derecho internacional, informó The Guardian. Su situación subraya el debate en curso sobre el equilibrio entre la seguridad nacional y las libertades individuales en la era digital.
La familia de Abd el-Fattah declaró que ahora podrá viajar libremente entre el Reino Unido y El Cairo. Tiene un hijo que reside en Brighton.
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