La reciente retrospectiva anual de un jugador reveló un profundo amor por las experiencias de mundo abierto, remontándose a la influencia del título de 1993, Wing Commander: Privateer. Según los resúmenes de fin de año del jugador en Steam y PlayStation, sus juegos más jugados de 2025 incluyeron No Man's Sky, Civilization VII, Assassin's Creed Shadows, The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered, The Lord of the Rings: Return to Moria, The Elder Scrolls III: Morrowind, World of Warcraft, Meridian 59, Tainted Grail: Fall of Avalon y Unreal Tournament.
El jugador declaró que, con la excepción de Civilization VII y Unreal Tournament, cada juego proporcionaba un entorno de mundo abierto que permitía una inmersión profunda. "Privateer me enseñó que me encantan los juegos que son espacios para vivir la vida ficticia que cree para mí mismo", dijo el jugador.
Wing Commander: Privateer, una desviación del juego lineal de sus predecesores, permitió a los jugadores forjar su propio camino como mercenario en el Sector Gemini. Esta libertad para elegir la propia carrera, desde el comercio hasta la piratería, fue revolucionaria para su época, estableciendo comparaciones con el anterior Elite.
La preferencia del jugador por los juegos de mundo abierto se hace eco de una tendencia más amplia en la industria del juego, con títulos como Grand Theft Auto V y The Witcher 3: Wild Hunt que lograron un éxito masivo al ofrecer a los jugadores mundos expansivos y narrativas impulsadas por el jugador. El atractivo perdurable de estos juegos sugiere que el deseo de experiencias inmersivas y autodirigidas, encendido por primera vez por títulos como Privateer, sigue siendo una fuerza poderosa en la configuración de las preferencias de los jugadores.
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