El sistema OMNY permite a los usuarios pagar sus tarifas acercando su tarjeta de crédito, teléfono u otro dispositivo inteligente, de forma similar a los sistemas utilizados para otras compras cotidianas. Los funcionarios de transporte informan que más del 90% de los viajes en metro y autobús ahora se pagan utilizando el sistema "tap-and-go", que se introdujo en 2019. Este cambio refleja una tendencia más amplia hacia las tecnologías de pago sin contacto en los sistemas de transporte urbano de todo el mundo.
La transición a OMNY destaca el creciente papel de la inteligencia artificial (IA) en el transporte. Los sistemas de pago sin contacto se basan en algoritmos de IA para procesar las transacciones de forma rápida y segura, analizar los patrones de uso y optimizar el cobro de tarifas. La IA también desempeña un papel en la detección y prevención del fraude dentro de estos sistemas. La implementación de OMNY demuestra cómo las tecnologías impulsadas por la IA pueden mejorar la eficiencia y la comodidad para los viajeros.
Las principales ciudades de todo el mundo, como Londres y Singapur, han utilizado durante mucho tiempo sistemas similares sin contacto. En los EE. UU., San Francisco lanzó un sistema de pago por uso a principios de este año, uniéndose a Chicago y otras. Estos desarrollos indican una creciente aceptación y adopción de soluciones de tránsito impulsadas por la IA a nivel mundial.
La MetroCard, a pesar de su eventual obsolescencia, jugó un papel revolucionario en la modernización del sistema de metro de la ciudad de Nueva York. "La humilde MetroCard puede haber sobrevivido a su vida útil, pero en su día fue revolucionaria", dijo Jodi Shapiro, curadora del Museo del Tránsito de Nueva York en Brooklyn, que recientemente inauguró una exposición que reflexiona sobre el legado de la MetroCard. La tarjeta reemplazó a la ficha del metro de la ciudad de Nueva York, infundiendo una modernidad muy necesaria al sistema de tránsito.
La retirada de la MetroCard y la plena implementación de OMNY representan un paso significativo hacia un ecosistema de transporte más avanzado tecnológicamente y basado en datos. A medida que la IA continúa evolucionando, se espera que su impacto en la movilidad urbana crezca, lo que podría conducir a experiencias de tránsito más personalizadas y eficientes.
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