En 2025, Israel llevó a cabo ataques militares en al menos seis países, según un informe de Al Jazeera publicado el 29 de diciembre de 2025. Los países atacados incluyeron Palestina, Irán, Líbano, Qatar, Siria y Yemen. Además, se reportaron ataques en aguas territoriales tunecinas, maltesas y griegas contra flotillas de ayuda en ruta hacia Gaza.
Los datos recopilados por Armed Conflict Location and Event Data (ACLED), un monitor de conflictos independiente, indicaron que Israel llevó a cabo al menos 10.631 ataques entre el 1 de enero y el 5 de diciembre. La metodología de ACLED implica la recopilación y el registro de información sobre violencia política, manifestaciones y otros eventos políticamente significativos de diversas fuentes, incluidos medios de comunicación locales, nacionales e internacionales, así como organismos internacionales. El informe de Al Jazeera utilizó datos de ACLED, filtrando específicamente eventos violentos como ataques aéreos y con drones, bombardeos y ataques con misiles, explosivos remotos y otros ataques armados, para mapear los ataques israelíes a lo largo del año.
La escala de estos ataques representa una de las ofensivas militares geográficas más amplias emprendidas por Israel en un solo año. Los ataques contra flotillas de ayuda en el Mar Mediterráneo provocaron la condena de varias organizaciones y gobiernos internacionales, que consideraron las acciones como violaciones del derecho marítimo internacional e impedimentos para la entrega de ayuda humanitaria. Los ataques contra países como Irán y Siria aumentaron aún más las tensiones en Oriente Medio, exacerbando los conflictos regionales existentes y generando preocupación por una posible escalada.
El gobierno israelí aún no ha emitido una declaración exhaustiva que aborde las afirmaciones específicas hechas en el informe de Al Jazeera. Sin embargo, en el pasado, los funcionarios israelíes han sostenido que las acciones militares son necesarias para la seguridad nacional y para contrarrestar las amenazas percibidas de grupos militantes que operan en países vecinos. Estas justificaciones a menudo citan el derecho a la legítima defensa en virtud del Artículo 51 de la Carta de la ONU.
Los ataques han provocado diversas reacciones de la comunidad internacional. Si bien algunas naciones han expresado su comprensión por las preocupaciones de seguridad de Israel, otras han criticado el uso desproporcionado de la fuerza y el impacto en las poblaciones civiles. Organizaciones de derechos humanos y algunos estados miembros de las Naciones Unidas han pedido una investigación independiente sobre las presuntas violaciones del derecho internacional. La situación sigue siendo un punto focal de la diplomacia internacional, con esfuerzos continuos para reducir las tensiones y promover una resolución pacífica de los conflictos subyacentes.
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